SAN MARTÍN PROTECTOR DEL PERÚ
PROMOVIÓ A MILLER A CORONEL POR LA ATREVIDA CAMPAÑA REALIZADA EN ICA,
PALPA, CHANGUILLO, CAHUACHI Y ACARÍ, LLEVADA A CABO DESDE EL 5 DE AGOSTO AL 8
DE AGOSTO DE 1821 Y EL MISMO DÍA SAN MARTÍN LE ENCARGO LA ORGANIZACIÓN DE LA "LEGIÓN PERUANA DE LA
GUARDIA".
MILLER TOMÓ LA RESOLUCIÓN DE REGRESAR
DE PALPA A ICA, DESTACANDO ANTES LOS CAPITANES PLAZA Y CARREÑO CON 23
JINETES, ÚNICOS QUE TENÍAN CABALLOS DE REPUESTO.
Por Miguel Angel Bayona Elías. Delegado
del Instituto Sanmartiniano del Perú Filial Palpa en Argentina.
El día 3 de agosto de 1821. Cumpliendo
las órdenes de San Martín expedidas el día anterior, la división de Arenales
abandonó la quebrada de San Mateo y entra en Lima en esta fecha, siendo
recibida con grandes demostraciones de aprecio por sus habitantes.
En tal forma, el Ejército Expedicionario
Libertador del Perú se hallaba completamente concentrado en la capital del
Virreinato.
De Chongos, el ejército real continuó
su marcha a la Oroya, con el fin de amenazar a Arenales, que se suponía se
dirigía a Cerro de Pasco, como para darse la mano con el Virrey la Serna, pues
de acuerdo a lo convenido en Lima entre ambos el segundo escalón del ejército
real debía dirigirlo por la quebrada de Huarochiri.
Al llegar Canterac a la Oroya se
enteró de que la Serna había partido de Lima el 6 de Julio, internándose
por Yauyos, y entonces Canterac, regresó a Jauja con el fin de acelerar la
reunión que se verificó el 04 de Agosto. Se concentraron 4.000 soldados.
El día 5 de agosto de 1821. Los
patriotas de la división Miller llegan a Ica, en persecución del coronel
Santalla que mandaba 200 hombres: Soló 3 horas descansaron aquéllos en Garganta
– punto a 2 leguas más allá de Ica – y prosiguieron su marcha en dirección a
Changuillo, 16 leguas distante, a donde llegaron el día 7 a la noche, cortando
la retirada a Santalla por el camino de Palpa a Arequipa; apercibido el último
de la aproximación de los patriotas.
El día 8 de agosto de 1821. Se puso
en precipitada fuga en dirección a las montañas, pero el infatigable Miller se
había puesto de acuerdo con los indios moruchos, que se levantaron en masa, y
las laderas y cúspides de las montañas se cubrieron de salvajes, resonando en
toda la región sus gritos de guerra y sus aullidos espantosos.
El Coronel Santalla trató de escapar
por el camino que va a Huancavelica, para evitar los enemigos que habían
surgido a su frente.
En Coparí (Acarí), 7 leguas distante de Palpa, tuvo lugar
una corta escaramuza, en la que perdieron la vida algunos realistas y se les
capturaron 70 ú 80 prisioneros; trepando el resto de una montaña de difícil
escalamiento que los patriotas no pudieron escalar por su extremo cansancio,
regresando a Palpa por el mismo camino por el que habían avanzado.
Miller tomó la resolución de regresar
de Palpa a Ica, destacando antes a los capitanes Plaza y Carreño con 23
jinetes, únicos que tenían caballos de repuesto.
Estos dieron con un pelotón de
96 españoles, en Caguachi, (Cahuachi) 3 leguas de Nazca, los que se hallaban
profundamente dormidos dentro de un corral, siendo sorprendidos por el capitán
Plaza: En la descarga que hicieron los patriotas mataron 12 enemigo e hirieron
otros tantos, quedando prisioneros el teniente coronel Rada, 15 oficiales y 65
soldados.
Santalla que se hallaba durmiendo a
cierta distancia de su tropa, al sentir los disparos, se puso en fuga con
algunos acompañantes; a pesar de la maña que se dio para huir desde Caguachi
(Cahuachi) a Arequipa, haciéndose pasar por oficial francés al servicio de
los independientes, en Chaparra fue reconocido y los habitantes del valle se
apoderaron de él, y se aprestaban a aplicarle la última pena, pero las lágrimas
de la mujer de Santalla – que estaba por dar a luz en esos días – y unió a sus
súplicas un reparto liberal de dinero entre las gentes más pobres del pueblo,
salvaron la vida del ex –colaborador de San Martín para entregar la fortaleza
del Callao.
Terminada su atrevida campaña, el
teniente coronel Miller despachó su tropa a Lima por mar, mientras él viajó por
tierra para el mismo punto, donde el general San Martín lo promovió a coronel y
le encargó la organización de la “Legión Peruana de la Guardia”
El día 06 de agosto. San Martín había
escrito al Director O’Higgins en forma oficial haciéndole saber que ha
asumido la autoridad suprema del territorio que ocupaba, con el título de Protector
hasta la reunión de un congreso soberano de todos los pueblos, “en cuya augusta
representación depositaré el mando – dice – y me resignaré a residencia”.
Destruir para siempre el dominio
español en el Perú y poner a los pueblos en el ejercicio moderado de sus
derechos, es el objeto esencial de la expedición libertadora. Más es necesario
purgar esta tierra de la tiranía y ocupar a sus hijos en salvar su patria antes
que se consagren a las bellas teorías y que se dé en el tiempo a los opresores
para reparar sus quebrantos y dilatar la guerra.
Tal sería la consecuencia necesaria
de la convocación de asambleas populares o de colegios electorales, si de este
origen hubiese de emanar en las presentes circunstancias el poder central y
reorganizador, porque habiendo gravitado sobre el Perú la fatal educación
colonial del gobierno español, no puedo prometerme aquí diversos efectos de los
que por igual principio hemos llorado en otros pueblos de la América.
Al formular tan categóricas
declaraciones, San Martín estaba perfectamente dentro del espíritu de las
instrucciones que se le habían entregado por el Supremo Gobierno de Chile, el
cual, al poner al almirante Cochrarne bajo las órdenes del Generalísimo, le
expresó que el objeto de la expedición era “extraer al Perú de la odiosa
servidumbre de la España, elevarlo al rango de una potencia libre y soberana y
concluir por este medio la grandiosa obra de la independencia continental de
Sud América”.
El día 7 de agosto de 1821. Lord
Cochrane escribe una extensa carta al general San Martín en la que le formula
una serie de observaciones con relación a su encumbramiento como Protector del
Perú.
El día 9 de agosto de 1821. San
Martín expide un decreto declarando abolido en el Perú el régimen
constitucional de España.
San Martín contesta a Cochrane su
carta del lunes 7 de Agosto, cuyo comienzo dice: "La mejor prueba de
amistad que podría desear de usted es la explicación sincera de sus
sentimientos respecto al camino que debo seguir en mi nueva posición política.
Usted ciertamente no se ha equivocado cuando bajo el título de Protector no ha
esperado algún cambio en mi carácter personal. Felizmente la alteración sólo ha
sido en un nombre, que en mi sentir reclamaba el bien de este país y si en la
elevación que usted me ha conocido siempre ha encontrado en mi docilidad y
franqueza, habría sido un agravio de parte de usted a mi individuo, negarme
ahora confianzas que le escuchado siempre con agrado como de un hombre
ilustrado y de experiencia en el gran mundo; mas ya que usted me ha hecho
justicia me permitirá algunas observaciones sobre el espíritu de su última
carta.
Y a continuación le contesta uno por
uno cada punto de los que contenía la carta de Cochrane, y con referencia a los
sueldos atrasados y premios, le dice que se ocupa en el día de reunir los
medios para satisfacerlos. San Martín se declara dispuesto a abonar los $
50.000 de gratificación por la toma de la "ESMERALDA" y el año de
sueldo de gratificación que había ofrecido, y que no solamente está dispuesto a
cubrir ese crédito, sino también recompensar a los bravos marineros que me han
ayudado a libertar al país. Pero debo reconocer Milord que los sueldos de
la tripulación no están en igual caso y que no habiendo respondido yo jamás de
pagarlos, no existe de mi parte obligación alguna. Esta deuda pertenece al
gobierno de Chile de cuya orden se enganchó la tripulación.
En la comisaría de aquel Estado deben
existir los cargos oficiales y marineros y en el respectivo ministerio el rol y
sus alcances y aunque suponga justo que en la escasez del erario de Chile se le
indemnicen del algún modo sus gastos expedicionarios, ésta será para mí una
agradable atención pero de ningún modo reconoceré el derecho de reclamarme los
sueldos vencidos. (1)
En sus "memorias sobre los
principios políticos que seguí en la administración del Perú y acontecimientos
posteriores a mi separación", Monteagudo señala que:
Los jefes del Ejército saben que que
cuando llegamos a Pisco, exigimos del general San Martín el sacrificio de ponerse
a la cabeza de la administración si ocupábamos Lima, porque creímos que este
era el medio de asegurar el éxito de las empresas militares. él se resignó a
esto con repugnancia y siempre por un tiempo limitado.
Esta versión está confirmada en la
carta que el Libertador dirigió a O''Higgins, el 10 de agosto de 1821, y que
reproduce el historiador Chileno Vicuña Mackenna: "Los Amigos me han
obligado terminantemente a encargarme de este gobierno: he tenido que hacer el
sacrificio, pues conozco que de no ser así, el país se envolvía en la anarquía.
Espero que mi pertenencia no pasará de un año, pues usted, que conoce mis
sentimientos, sabe que no son mis deseos otros que vivir tranquilo y retirarme
a mi casa a descansar". (2)
(1) Jacinto R. Yaben, Libro, Efemerides
Sanmartinianas, Tercera Edición, paginas: 173,174,175, 176, 177,178 y 179.
Comisión Nacional de Homenaje al Bicentenario del Nacimiento del General D.
José de San Martín. Instituto Nacional Sanmartiniano - 1978.
(2) Felipe Pigna, Libro, La voz del Gran
Jefe, Vida y pensamiento de José de San Martín, Tercera Edición, Marzo 2015,
Editorial Planeta.
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