LA HISTORIADORA ARGENTINA EMILIA EDDA MENOTTI EXPRESA SU SALUDO A TODO EL NOBLE PUEBLO DE PALPA Y LA ADHESIÓN A TODOS LOS HOMENAJES QUE SE ATRIBUYEN AL HISTÓRICO EPISODIO EN ESTE BICENTENARIO DEL PRIMER HECHO DE ARMAS DEL EJERCITO LIBERTADOR EN EL PERÚ A 200 AÑOS DEL ENCUENTRO DE PALPA. ASÍ MISMO DESTACA QUE SI BIEN EL HECHO CARECIÓ DEL FRAGOR BÉLICO DE LAS GRANDES CONFRONTACIONES MILITARES, EJERCIÓ UN EFECTO FAVORABLE EN LA POBLACIÓN QUE APRECIÓ EL VALOR E HIDALGUÍA DE LAS FUERZAS PATRIOTAS QUE ALENTABAN SUS ANSIAS DE LIBERTAD Y, QUE EN CARTA A SAN MARTÍN EL 13 DE OCTUBRE, ARENALES LE INFORMA SOBRE LAS DISPOSICIONES TOMADAS AL EFECTO: “COMO LOS ENEMIGOS, CON LAS POCAS FUERZAS QUE LE HAN QUEDADO SE DETUVIERON EN PALPA, HA CLAMADO ESTE VECINDARIO PORQUE SE ENVÍE UNA FUERZA CAPAZ DE DESTRUIRLOS O AL MENOS, DE ARROJARLOS, PARA LAS LARGAS TRAVESÍAS HACIA AREQUIPA.
CON ESTAS VICTORIAS, ÁLVAREZ DE ARENALES
CUMPLIÓ EL PRIMER PASO DE LA MISIÓN QUE SE LE HABÍA CONVOCADO Y PALPA TUVO RANGO DE PRECURSOR. “AL TENIENTE GENERAL RUFINO GUIDO LE
CORRESPONDIÓ EL HONOR DE HABER LIBRADO EL 7 DE OCTUBRE DE 1820 LA PRIMERA ACCIÓN EN LA CAMPAÑA LIBERTADORA
DEL PERÚ RECOGIENDO POR TROFEOS A MÁS DE LA GENTE QUE SE PASÓ A SUS BANDERAS
GRAN ARMAMENTO Y OTROS ARTÍCULOS IMPORTANTES QUE ABANDONÓ EL ENEMIGO”. LA
HISTORIADORA EMILIA MENOTTI MANIFIESTA QUE JACINTO R. YABEN EN SUS “EFEMÉRIDES
SANMARTINIANAS”, DESTACA LA IMPORTANCIA DE ESTA PRIMERA VICTORIA EN TIERRAS
PERUANAS DEL EJÉRCITO DE SAN MARTÍN. ASÍ
LO TESTIMONIA LA HISTORIADORA MENOTTI EN SU CARTA DE FECHA 7 OCTUBRE CEDIDA AL DELEGADO FILIAL PALPA DEL INSTITUTO SANMARTINIANO DEL PERÚ EN LA REPÚBLICA DE ARGENTINA (*)
PALPA, PRIMER HECHO ARMADO EN LA CAMPAÑA LIBERTADORA DEL PERÚ.
Por, Dra Emilia Edda Menotti.
Historiadora Argentina, Secretaria de la Academia Sanmartiniana del Instituto Sanmartiniano Argentino. (*)
En el año 2020 se cumple el bicentenario de hechos que, por su importancia, tanto militar como política, sellaron el fin de la lucha independentista latinoamericana.
Las
armas y la diplomacia, en comunión de ideales, reflejaron el deseo de la
unidad, nexo fundamental para mantener con hidalguía la nueva fisonomía estatal
lograda tras duros años de lucha.
Entre
los episodios que, por su importancia político-militar adquirieron un lugar de
privilegio en la historiografía, figuran los que tuvieron como protagonistas a
José de San Martín y a Simón Bolívar, insertos en la misma época en la que
Rafael de Riego con su levantamiento en Cádiz el 1º de enero de 1820, restableció
el respeto a la Constitución de 1812.
Domingo
Faustino Sarmiento al analizar la historia hispano – americana a partir de la
invasión napoleónica a la Península, manifestaba que “Es un hecho digno de notarse que la España y sus colonias de
América hayan principiado a conmoverse a un mismo tiempo, la una para mejorar
sus instituciones, la otra para librarse del yugo extraño y si alguna
diferencia se nota en esto, es efecto de sus posiciones relativas y más hay en
una y otra los mismos desenvolvimientos, los mismos medios de acción”.
La
caída de Napoleón permitió el regreso de Fernando VII quien no vaciló en
suspender la vigencia de la Constitución de Cádiz de 1812que limitaba su
autoridad absoluta.
La
reacción liberal no tardó en oponerse a esa disposición y Rafael de Riego y
Antonio Quiroga se pronunciaron en la localidad andaluza de Cabezas de San
Juan, exigiendo la vigencia de la Constitución de 1812 y el juramento de
Fernando VII de cumplir con sus disposiciones como así también impedir la
salida de una expedición reconquistadora compuesta por 20.000 soldados con
destino al Río de la Plata.
Cabe
preguntarse ¿qué repercusión tuvo en América la rebelión liberal de Rafael de
Riego?.
Si
bien no llegaron esos efectivos militares, Riego con su decisión influyó en los
miembros liberales que conformaban el ejército realista obligando a sus jefes a
tomar decisiones y analizar la posibilidad de realizar negociaciones con los
republicanos americanos.
Militarmente
no influyó en los planes militares de José de San Martín ni de Simón Bolívar
por cuanto la victoria del primero en Maipú el 5 de abril de 1818 afirmó la
independencia de Chile y la de Boyacá el 7 de agosto de 1819 logró por parte de
las fuerzas bolivarianas, la de Nueva Granada, pero permitió el encuentro
diplomático de los jefes republicanos con los virreyes españoles, reivindicando
los jefes republicanos la misión que les habían encomendado las autoridades de
sus respectivas naciones.
José
de San Martín, el 22 de abril de 1814 en carta a Nicolás Rodríguez Peña desde
Tucumán, ya había fijado el plan de su campaña transcontinental para llegar a
Lima: “Ríase usted de esperanzas alegres.
La patria no hará camino por este lado del Norte, que no sea una guerra
permanente, defensiva y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de
Salta, con dos escuadrones buenos de veteranos. Pensar en otra cosa es echar al
Pozo de Airón hombres y dinero. Así es que yo no me moveré, ni intentaré
expedición alguna. Ya le he dicho a usted mi secreto. Un ejército pequeño y bien
disciplinado en Mendoza, para pasar a Chile y acabar allí con los godos,
apoyando un gobierno de amigos sólidos para acabar también con los anarquistas
que reinan. Allanando las fuerzas, pasaremos por el mar a tomar Lima; ese es el
camino y no éste, mi amigo. Convénzase usted que hasta que no estemos sobre
Lima, la guerra no se acabará”. (1)
Contemporáneamente
y cumpliendo con lo establecido en su Plan Continental, organizó su ejército en
Cuyo para, cruzando la cordillera de los Andes, emancipar a Chile.
En
Chacabuco inició esta acción libertadora que culminó con Maipú el 5 de abril de
1818, batalla que tuvo trascendencia continental. No solo aseguró la
independencia de Chile sino que el Perú se puso a la defensiva por mar y Simón
Bolívar, cuando tuvo noticias sobre la gran victoria, manifestó: “Estimo ahora segura la expedición
libertadora a Nueva Granada”.
En
el primer boletín del Ejército Libertador se fijaba el objeto de la expedición:
“Valparaiso, 13 de agosto de 1820. En el
año diez de la revolución sudamericana y trescientos de la conquista del Perú,
un pueblo cuyo rango en la escala social ha sido considerado hasta ahora
inferior a su destino, ha emprendido romper las cadenas que Pizarro comenzó a
forjar con sus manos tintas de sangre en 1520. El gobierno establecido en Chile
desde su restauración, habiendo concebido este grandioso proyecto, estima
razonable que sea llevado a cabo por la misma persona que ha prometido dos
veces salvar al país y dos veces lo ha cumplido. El objeto de esta empresa es
decidir si ha llegado o no el tiempo en que la influencia de Sudamérica en el
resto del mundo será considerada con su extensión, sus riquezas y su situación”.
(2)
El 20 de agosto de 1820 la expedición partió
del puerto de Valparaíso ante la aclamación unánime de todos sus habitantes,
para desembarcar en la bahía de Paracas, el 8 de septiembre.
Al poner pie en tierra, en Pisco, San Martín
recordó las normas a las que debían ajustarse los integrantes de la expedición.
Fueron sus directivas, “Ya hemos llegado
al lugar de nuestro destino. Acordaos que nuestro gran deber es consolar a la
América y que no venís a hacer conquistas sino a libertar pueblos. Los peruanos
son nuestros hermanos, abrazadlos y respetad sus derechos como respetasteis los
de los chilenos después de Chacabuco”. (3)
Y
con la definición categórica de sus propósitos futuros, manifestaba a los
peruanos: “El tiempo de la opresión y de
la fuerza ha pasado. Yo vengo a poner término a esa época de dolor y
humillación. Este es el voto del Ejército Libertador, ansioso de sellar con su
sangre la libertad del Nuevo Mundo”. (4)
Ante
la difusión de esos propósitos, el virrey Joaquín de Pezuela apeló a la
diplomacia invitando a San Martín a una entrevista en Miraflores. San Martín
aceptó la proposición que abrió el camino para dar a conocer el carácter
político de la expedición.
Designados
los comisionados sanmartinianos basaron su participación en sostener que la
independencia americana era lo único que podía conciliar los intereses de ambas
representaciones.
Rotas
las negociaciones, el ansiado armisticio fue denunciado en forma categórica el
4 de octubre de 1820.
En
tanto San Martín había designado al general Juan Antonio Álvarez de Arenales al
frente de una división de vanguardia, fijándole como punto de avanzada y
observación la Hacienda de Caucato situada en el camino a Lima. Arenales
llevaba como Jefe del Estado Mayor al Teniente Coronel Manuel Rojas.
Roto
el armisticio, el 4 de octubre inició Arenales el propósito de su formación:
levantar en rebelión a las provincias de la Sierra como primer pasó a su unión
con el ejército en su acción revolucionaria.
En
la noche del 4 al 5 de octubre desde Caucato se puso en marcha “para actuar con sus efectivos de 1138
plazas de las 3 armas marchando hacia la hacienda de Chunchanega, para
proseguir luego sobre la ciudad de Ica”. (5)
El
coronel marqués de Quimper que contaba con 800 hombres ante ese avance, se
replegó hacia Nazca.
Pudo
evitar un seguro triunfo de los libertadores porque un indio le dio aviso “una hora antes de la aproximación de
Arenales, lo cual le dio tiempo a montar su caballería y ponerse en una
retirada violenta”. (6)
En
carta a San Martín el 13 de octubre, Arenales le informa sobre las
disposiciones tomadas al efecto: “Como
los enemigos, con las pocas fuerzas que le han quedado se detuvieron en Palpa,
distante 24 leguas de aquí, ha clamado este vecindario (y con razón) porque se envíe una fuerza capaz de
destruirlos o al menos, de arrojarlos, para las largas travesías hacia Arequipa”.
(7)
En
efecto, el día 7 de octubre, el Teniente Coronel Rufino Guido, “con un escuadrón de cazadores a caballo salió en persecución de las fuerzas
realistas mandadas por el coronel marqués de Quimper que había emprendido la
retirada conduciendo un convoy de familias y elementos de guerra; después de
una primera correría infructuosa emprende una segunda marcha por distinto
camino y logra dar alcance a una de las columnas de los fugitivos. Inmediatamente
la ataca con ímpetu y la pone en fuga, después de haber recibido dos compañías
que se pasaron a las filas patriotas”, y agrega, “Al Teniente General Rufino Guido le correspondió el honor de haber
librado la primera acción en la campaña
libertadora del Perú recogiendo por trofeos a más de la gente que se
pasó a sus banderas gran armamento y
otros artículos importantes que abandonó el enemigo”. (8)
Jacinto
R. Yaben en sus “Efemérides
sanmartinianas”, destaca la importancia de esta primera victoria en tierras
peruanas del ejército de San Martín, victoria que permitió a Juan Lavalle el
triunfo de Nazca el 15 de octubre y al teniente Vicente Suárez el de Acari, el
16 del mismo mes.
Con estas victorias, Álvarez de Arenales
cumplió el primer paso de la misión a la que había sido convocado y Palpa tuvo
así rango precursor.
A
200 años del encuentro de Palpa, si bien el hecho careció del fragor bélico de
las grandes confrontaciones militares, ejerció un efecto favorable en la
población que apreció el valor e hidalguía de las fuerzas patriotas que
alentaban sus ansias de libertad.
San
Martín pudo entrar a Lima para establecer en coincidencia, con su carácter de
Libertador, medidas de orden político y social que culminaron el 28 de julio de
1821 con la declaración de la independencia del Perú.
Al
retirarse a la vida privada, en su despedida del pueblo peruano, con justicia
pudo decir: “Mis promesas para con el
pueblo en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y
dejar a su voluntad la elección de sus gobernantes”.
Perú
marcó el final de la trayectoria gloriosa de San Martín en América. Cumplió
como cumplen los hombres de bien que honran su palabra. Tuvo valor, capacidad y
patriotismo y su nombre es prenda de libertad, justicia y unidad en todo el
continente.
Como sanmartiniana, en este bicentenario del primer hecho de armas del ejército libertador en el Perú, quiero expresar mi solidaridad con el noble pueblo de Palpa y mi adhesión a los homenajes que se tributen al histórico episodio.
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(*) Carta de la Historiadora Emilia Edda Menotti cedida a Miguel Ángel Bayona Elías, Delegado Filial Palpa del Instituto Sanmartiniano del Perú en la República de Argentina para publicarlo en el Blog de Palpabaires Residentes en Argentina y dirigido el saludo al pueblo de Palpa en el día de la Conmemoración del Bicentenario del Combate de Palpa el 7 de octubre de 2020, leído por el suscrito ese mismo día en la participación en el "Conversatorio del Bicentenario de Independencia de Palpa" denominado "A Pie de Tierra" organizado por la (ANEA) Asociación Nacional de Escritores y Artistas de la Región de Ica - Palpa. Vía transmisión Webinar, radio Walter TV Bet Sur y por el Facebook Live.
(*) Dra. Emilia Edda Menotti, Historiadora Argentina, Secretaria Académica del Instituto Sanmartiniano Nacional Argentino.
- Profesora Historia egresada con Medalla de Oro y Premio Ministerio de Educación de la Nación. Profesora Extraordinaria de la Municipalidad de Morón.
- Decana del Departamento de Historia de la Universidad Kennedy. Presidente de la Academia Argentina de la Historia.
- Presidente de la Sociedad Bolivariana de la República Argentina. Presidente del Instituto Cultural Argentino Ecuatoriano.
- Presidente del Instituto Nacional Bolivariano (2012 - 2016). Secretaria Académica del Instituto Nacional Sanmartiniano.
- Miembro de la C.D. de Instituciones Culturales Argentinas y Americanas.
- Condecorada por los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Colombia. Bolivia, Huesped Oficial y Visitante Ilustre de Municipios y Ciudades de la Nación y del exterior.
- Autora de libros y trabajos en revistas especializadas.
Notas al pie de página:
1- Yaben, Jacinto R.: “Efemérides
sanmartinianas” – 3º edición. Instituto Nacional Sanmartiniano. Bs. As. 1975. -
pág. 99
2- Hall, Basilio: “Con el General San
Martín en el Perú” – Ed. Yapeyú. Bs. As. 1949
3- Mitre, Bartolomé: “Historia de San
Martín y de la emancipación sudamericana”. – Ed. Peuser. Bs. As. 1946. – pág. 672.
4- Mitre, Bartolomé: Obra citada – pág.
672.
5- Yaben, Jacinto R.: Obra citada – pág.
228.
6- Espejo, Gerónimo Crnel.: “Apuntes
históricos sobre la expedición libertadora del Perú 1820”. – Instituto Nacional
Sanmartiniano. Bs As. 1974.- pág. 38.
7- “Documentos para la historia del
Libertador San Martín”, T. XVI. Ministerio de Cultura y Educación. Instituto
Nacional Sanmartiniano. Bs As. 1996. – pág.139.
8- Yaben, Jacinto R.: Obra citada – pág. 229
Bibliografía:
- Mitre, Bartolomé: “Historia de San
Martín y de la emancipación sudamericana”. – Ed. Peuser. Bs. As. 1946.
- Hall, Basilio: “Con el General San
Martín en el Perú” – Año del Libertador 1950. Ed Yapeyú. Bs As. 1949.
- Medrano, Samuel W: “El Libertador
José de San Martín”. Instituto Nacional Sanmartiniano. – Ed. Gráfica San
Lorenzo. Bs As. 1995.
- Soria, Diego Alejandro: “Las
campañas militares del General San Martín” – Instituto Nacional Sanmartiniano.
– Fundación Mater Dei. Rosario. 2004.
- Yaben, Jacinto R: “Efemérides
sanmartinianas”. - 3º edición. Instituto Nacional Sanmartiniano. – Ed. Soldini y Cía. Bs. As
1975.
- Espejo, Gerónimo Cnel.: “Apuntes
históricos sobre la expedición libertadora del Perú 1820”.- Talleres gráficos
Leonardo impresora. Bs As. 1974.
- Ramos Mejía, Héctor: “Historia de la
Nación Argentina”. T. II. – Ed. Ayacucho. Bs. As. 1945.
- Gasparotti, Gastón Vigo: “San Martín
¿Está hoy la patria en peligro?”.- Grupo Unión. Bs. As. 2015.
“Documentos para la Historia”. T. XVI.
– Ministerio de Cultura y Educación. Instituto Nacional Sanmartiniano. 1996.
- Colección “Las Batallas de San
Martín -. Expedición del Perú”. T. VI. – Clarín, Arte Gráfica Editorial Argentino. Bs. As. 2007.
- “La conducción política del General
San Martín durante el Protectorado del Perú”. T. III.- Instituto Nacional
Sanmartiniano.- Editorial Marcos V. Durruty. Bs. As. 1955/1959.